Nos encanta incorporar en nuestro armario circular marcas que son realmente sostenibles y que comparten nuestros valores. Esta semana toca hablar de tres marcas de moda sostenible que, aunque sean muy diferentes en lo que a estética respecta, comparten el respeto por el medio ambiente y por sus trabajadores.
Os hablamos de Comblé, Crisálida y Amarenak. Tres marcas que te invitan a consumir de una manera más consciente.
Comblé: El punto de encuentro entre sostenibilidad y estilo
Con una propuesta basada en el uso de materiales de calidad y respetuosos con el medio ambiente, Marcela y Maura crearon Comblé, una marca de moda sostenible original y divertida.
“Tampoco creemos que la moda sostenible tiene que ser aburrida. Ser eco y monótono no tienen por qué ir de la mano. Nuestro objetivo es acercar la idea de la sostenibilidad a la moda de una manera divertida, colorida y con estilo”, dicen las fundadoras en la web de la marca.
La misión de Comblé es ayudar a las personas a comprar menos y mejor, promoviendo un punto de encuentro entre estilo y conciencia. Sus valores, a su vez, están basados en la responsabilidad, estilo, transparencia, calidad y garantía.
En lo que respecta a la producción, todas las prendas están diseñadas y producidas localmente, y confeccionadas con tejidos medioambientalmente respetuosos. Básicas atemporales, prendas elegantes y cómodas, ropa versátil y de calidad es lo que encontrarás en Comblé.
Crisálida: La moda se hace con pasión, imaginación y dedicación
Crisálida es el sueño de vida de María, que desde pequeña se sintió atraída por unos lápices y un folio en blanco. Todas sus pasiones se juntan ahora en una sóla marca, la suya.
“Me gusta la naturaleza, los atardeceres de verano, y el olor a campo. Me gusta dibujar, crear, pensar, imaginar, y todo lo que tenga que ver con volver a ser niño”, dice María en la web de Crisálida.
El amor por su trabajo llevó a Maria a apostar por un modo de vida más lento, que se traduce en prendas hechas con mucha dedicación y cariño, cuidando cada detalle. Su creatividad hace que cada prenda sea única y esté llena de imaginación y sueños.
La fase de producción acontece en pequeños talleres de forma ética. “Trabajamos con personas maravillosas que trabajan con las manos pero sobre todo con el corazón. Haciendo prendas de calidad para que puedas disfrutarlas durante muchos años”, puede leerse en la web.
Amarenak: Tradición y modernidad para recuperar del olvido el kaiku
Del País Vasco nos llega Amarenak, una marca con mucha historia y tradición detrás. Para contar el origen de esta firma hace falta retroceder varios años, cuando Oihane Pardo, fundadora de la marca, heredó de su madre el antiguo kaiku, un abrigo tradicional vasco que, con anterioridad, había pertenecido a su abuela.
Aquel kaiku se convirtió en su prenda favorita y, en las diferentes ciudades y países donde Oihane vivió, se lo ponía con mucho orgullo, sintiendo una conexión con su familia, su casa y su cultura.
“Vistiendo esa chaqueta kaiku, descubrí la capacidad que tienen la moda y el diseño para contar historias, para transmitir valores y preservar una cultura”, consta en la página web de la marca.
Con el kaiku en mente, Oihane decidió abandonar su vida y su trabajo de arquitecta en Shangai y volvió a San Sebastián para crear Amarenak. Tras una campaña de crowdfunding, empezó a diseñar y producir las primeras chaquetas y las premisas con las que inició, siguen siendo las mismas: tejidos naturales, km0 y unidades limitadas.
Aún hoy, el kaiku es la seña de identidad de la empresa. “Combinamos modernidad y tradición, ciencia y arte, patrimonio e innovación”, afirma la fundadora de Amarenak. “No trabajamos por temporadas. No creemos en las tendencias pasajeras. No hacemos sólo moda”, añade.
En Ecodicta nos gusta compartir la filosofía de nuestras marcas aliadas. Queremos que nuestras clientas se sientan orgullosas de cada prenda que les llega en su caja mensual, no solo por la estética sino también por los valores que siguen las marcas de moda sostenible que forman parte de nuestra comunidad de Fashion Sharing.